jueves, 10 de enero de 2013

Revocables… ha muerto. Balance y disolución


Revocables… ha muerto
Balance y disolución


Entendemos que la crítica teórica debe dar paso a la crítica práctica. Revocables… ejercita cotidianamente y a su modo esta crítica práctica: reuniones periódicas cada dos semanas, de carácter público, horizontal, abierto y autoconvocado, que son la única fuente de todo lo que hacemos (desde los boletines y su autofinanciamiento hasta el mandato para el consejero revocable, desde los informes de JD hasta la organización de las pasadas por los cursos, etc.). No tenemos la posta. No nos creemos infalibles. Ejercitamos una manera concreta, aquí y ahora, de actuar políticamente: democracia sin adjetivos. En este sentido, nos importan un bledo los nombres de agrupaciones. Allí donde se efectúe la autoorganización de los productores, la horizontalidad en la toma de decisiones y la revocabilidad de los mandatos se estará actualizando la política que queremos.

Boletín Revocables… Nº 10.


Pero todo lo que hacemos no es ni será un modelo inalterable para toda acción futura, y la historia no es una película gastada que corre el riesgo de romperse mostrándonos en una mala postura. Lo esencial de la historia es que continúa. Sólo la conciencia moral más ingenua emite juicios sumarios sobre actos separados tomados como tales. Una organización revolucionaria se juzga por su línea, es decir en la continuidad de su acción, es decir una vez más por el conjunto de lo que ha decidido hacer y no hacer.

C. Castoriadis, «Sobre la orientación de las actividades», 1963.


1. Había una vez…

… una revista llamada Socialisme ou Barbarie (Órgano de crítica y orientación revolucionaria). Fundada en 1949, tuvo entre sus miembros a Cornelius Castoriadis, Claude Lefort, Guy Debord, Jean Baudrillard y Jean-François Lyotard. Y tuvo entre sus principales preocupaciones políticas la autogestión en la producción y la inclusión en la disyunción teoría/práctica. Tras dieciocho años de trabajo y 40 números publicados, los responsables de esa legendaria revista decidieron clausurarla.[1] La circular dirigida a los suscriptores y lectores explicaba:

Hemos de decir aquí claramente que nunca hemos tenido, por parte del público de la revista, el tipo de respuesta que esperábamos y que hubiera podido ayudarnos en nuestro trabajo; su actitud, salvo rarísimas excepciones, ha seguido siendo la de consumidores pasivos de ideas.[2]

Diez meses más tarde se desató la insurrección de mayo del ’68. El desmembrado grupo Socialisme ou Barbarie se lanzó a las barricadas y asambleas y asistió al espectáculo de jóvenes que participaban con algún número de la finada revista bajo el brazo.

La anécdota mostraba, como tantas veces a lo largo de la historia, al menos cuatro cosas. Primero, que un conflicto abierto puede radicalizarse. Segundo, que esa eventual radicalización de un conflicto suele ser imprevisible hasta para los grupos militantes más lúcidos. Tercero, que la radicalidad de un conflicto depende de tendencias revolucionarias hasta entonces invisibilizadas. Cuarto, que esas tendencias no son espíritus celestiales que descienden en el momento propicio, sino el resultado parcial de prácticas concretas encarnadas en militantes que las sostienen a pesar o en contra de la coyuntura. Por ello…

Una política solo responde a la solicitación del acontecimiento cuando está en condiciones de influir en él, de otro modo se limita a inscribirlo en las condiciones objetivas de su acción y a extraer sus consecuencias.[3]

Si el discurso de autonomía de las formas y los tiempos del capital resultaba, diez meses antes de mayo del ‘68, un discurso teórico y abstracto, la posterior insurrección mostraba que es preferible sostener una alternativa –a corto plazo– inconcreta, en lugar de correr detrás de la coyuntura por lugares comunes que –a largo plazo– conducen a la frustración para el conjunto de los productores sociales. Tomar distancia de las urgencias de lo inmediato, dejar al periodismo el pronunciamiento público sobre cada anécdota de la vida cotidiana, ejercitar la paciencia y la constancia en un horizonte de emancipación humana, nos permite pensar alternativas en contra del presente y a favor de un tiempo venidero (ver «Lo intempestivo revocable» en nuestro Boletín N° 9). Claro que la teoría es ni más ni menos que un momento del proyecto político revolucionario. Por tanto, no se trata de consolarnos con la impotencia de la abstracción, sino de innovar los dispositivos prácticos de intervención para hallar la mediación necesaria que concrete la teoría. Entendemos que la crítica teórica debe dar paso a la crítica práctica…


2. El conflicto 2010

Como todo proceso de activación política de magnitud considerable, el conflicto 2010 tuvo reivindicaciones iniciales y emergentes de radicalización. Las reivindicaciones iniciales, ligadas a la lucha estudiantil en el nivel medio del sistema educativo porteño, podrían sintetizarse en estas tres: «aumento de presupuesto», «mejoras edilicias», «defensa de la educación pública». Estas reivindicaciones defensistas no eran nuevas para un conflicto[4], pero en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, esta vez, hubo una dimensión suplementaria que dotó al movimiento de una fortaleza inusitada: la Comisión de Presupuesto, que trabajó incesantemente durante dos años en el armado de un proyecto alternativo al proyecto oficial para la construcción de un edificio en el actual estacionamiento[5]. De manera que, según entendemos, la potencia del movimiento asambleario en Puán provenía, en buena medida, de la paciencia y la constancia de dos años de trabajo de esta comisión. También los límites del movimiento provenían de allí: tanto un cambio de edificio como un aumento presupuestario mantienen teórica y prácticamente incuestionadas las relaciones de producción en la universidad. Así lo manifestamos en cada intervención que realizamos durante estos dos años. Por ejemplo, en el Informe de irregularidades de la JD de Filosofía que presentamos al Consejo Directivo de la Facultad el miércoles 19 de agosto de 2009 (y que hicimos público con boletines impresos que llevamos a las aulas y en versión electrónica a través de los grupos de mails, además de estar a disposición en la caja «Filosofía debate» en Publicaciones del CEFyL y en la web de Revocables…):

Esperamos que este informe de irregularidades contribuya no sólo a poner en contraste los dichos y los hechos de algunos de los más conspicuos miembros del Departamento de Filosofía (quienes se rasgan las vestiduras a favor del «respeto a las instituciones», de la «excelencia académica», del «republicanismo» y de otros tópicos constantemente vulnerados por las prácticas cotidianas de esos mismos miembros), sino especialmente a reforzar la idea de que esas «irregularidades» son inherentes al funcionamiento de una organización de la producción y circulación del conocimiento (la Universidad) que separa a los productores de sus productos, que separa la deliberación de la ejecución y que separa la producción del consumo. Dicho de otro modo, esas y otras «irregularidades» no se deben sólo a deficiencias de ciertos individuos o a imperfecciones de la institución vigente, sino que son efectos necesarios de la estructura de funcionamiento de la UBA. En suma, no denunciamos sólo a este o a aquel jugador, a esta o a aquella jugada, sino que denunciamos el juego con todas sus reglas. El modo universitario de organizar la producción de conocimiento alimenta su propia validez institucional a partir de la producción de los sujetos sometidos a ese modo de organizar la producción. Sabemos que nuevas prácticas y relaciones han ido emergiendo en los últimos años: cursadas con participación horizontal desde su programa hasta su evaluación, discusiones colectivas e igualitarias acerca de los problemas del co-gobierno y/o del plan de estudios de una carrera, siempre ­con el horizonte del auto-gobierno y ejercitando la democracia directa. Estas prácticas demandan y a la vez construyen nuevos sujetos. Y será con el desarrollo de este tipo de prácticas que se logrará transformar –en sentido emancipatorio– la Universidad.

Esas «nuevas prácticas y relaciones» que mencionábamos están directamente ligados a lo que llamamos «emergentes de radicalización» del conflicto 2010. (E ilustran aquello que también ilustró el Mayo Francés en la anécdota con la que iniciamos este documento: la radicalidad de un conflicto depende, fundamentalmente, de las tendencias revolucionarias hasta entonces invisibilizadas y de su capacidad para incidir en el movimiento.) Estos emergentes podrían sintetizarse en una palabra que circuló con timidez: «Autogestión». La autogestión estudiantil de los cursos abandonados por sus docentes a cargo amplificó la tendencia encarnada en el trabajo hasta entonces poco visibilizado de los grupos de estudio, los seminarios colectivos y, especialmente, la materia alternativa «Epistemología y métodos de la investigación social» de las carreras de Edición y de Ciencias Antropológicas.[6] El nacimiento de una «Comisión de autogestión del conocimiento» se explica contingentemente por el conflicto y necesariamente por aquellas experiencias concretas sostenidas durante años.

Y si bien los cursos autogestionados en Puán y en las sedes de Sociales fueron cualitativa y cuantitativamente poco significativos para el movimiento general desarrollado durante el conflicto, lo cierto es que la palabra «autogestión» tiene implicancias políticas de inquietante proyección social: autogestión es la gestión efectiva de la producción por la colectividad de los productores. No se trata sólo de la producción de conocimiento, sino también del modo en que ella se organiza. La palabra «autogestión» como concepto que permite pensar la universidad supone que el aula es una unidad de producción, por ende una unidad política, totalmente atravesada por la división en claustros, la estructura de cátedra y las decisiones que se toman en los órganos de gobierno de la universidad: Junta Departamental, Consejo directivo, Consejo Superior, Asamblea universitaria.

El poco contagio y la casi nula profundización teórica impidieron a la práctica de la autogestión de las cursadas extenderse hacia la democratización de los órganos de gobierno y, por ende, dirigirse hacia la abolición de la división en claustros y de la estructura de cátedra. Entendemos que, en buena medida, esto no ocurrió porque no había, hasta ahora, prácticas de institución de la democracia directa en toda la UBA, excepto Revocables… (apenas una minoría estudiantil en una de las carreras más reaccionarias de la UBA) y a pesar de una intensa tradición de consejeros revocables mandatados en asambleas que en Puán se remonta a mediados de los años noventa (en Filosofía: desde La Naranja y sus delegados con «mandato provisorio» por cuatrimestre y reuniones semanales abiertas, hasta Tesis XI como minoría estudiantil reivindicando durante diez años la revocabilidad de los mandatos y apelando a las instancias públicas como reuniones y asambleas interclaustros arrancadas a las sucesivas gestiones, pasando por La Ontológicamente Revocable; en Ciencias Antropológicas: Autoorganizadxs de Antropo y de Arqueo). Entendemos que si el discurso de la democratización no pudo ni puede pensar más que en variar representatividades («claustro único docente», «mayoría estudiantil»), dejando así incuestionada la representación política, fue y es, tal vez, porque el límite en el plano del pensamiento sólo puede agujerearse mediante el relevo de una práctica innovadora. En el esfuerzo por mapear esas prácticas que permitirían pensar otro modo de hacer política, algunas de nosotras escribimos y firmamos un volante, que circuló vía mail el 17 de septiembre de 2010, con el título «A nuevos modos de producción, nuevas formas de organización».[7]


3. Resonancias de la experiencia Revocables…

Durante los dos años de trabajo de Revocables… no hubo mucho eco, ni teórico ni práctico, por parte de las organizaciones que ostentaban u ostentan representaciones en los órganos de gobierno de la UBA. De hecho, un mes antes de que se desatara el conflicto en Filosofía y Letras, cuando nadie preveía un proceso asambleario como el que se desarrolló posteriormente, invitamos expresamente (la invitación ya estaba implicada en nuestra práctica) a las agrupaciones a adoptar la metodología del consejero revocable y mandatado en asambleas con el siguiente volante (publicado el domingo 8 de agosto de 2010):

Rotación de consejeros Revocables...

Decimos desde la aparición de Revocables…: «Democratizar es no delegar nuestro poder en nadie. O al menos: que los delegados cuenten con un mínimo de poder (delegados rotativos y revocables) y que las decisiones queden en nuestras manos (en reuniones públicas y abiertas autoconvocadas ad hoc).»

Así, al finalizar el primer cuatrimestre de 2009 hicimos rotar a los consejeros revocables (en ese momento Mariano Repossi y Gastón Falconi). Ahora, al finalizar el primer cuatrimestre de 2010 hacemos rotar nuevamente a los consejeros revocables (Diego «Plant» Gianni Vico y Diego «el Uru» Pérez Sosa). De manera que no sólo cumplimos con la promesa de conjurar los personalismos imponiendo que los consejeros asumieran con la renuncia firmada, sino que reforzamos esa promesa mediante la rotación de los mandatos y, además, propiciamos la incorporación de compañeros que se fueron sumando a Revocables…

Así queremos favorecer que la práctica política y la experiencia de gestión se socialice entre muchos y no que quede concentrada en la acumulación de unos pocos (que son los mismos de siempre). La revocabilidad de los mandatos y la forma asamblearia de nuestras reuniones periódicas (el ejercicio público, abierto y horizontal de mandatar a los consejeros) son la efectuación, aquí y ahora, de principios políticos necesarios para una democratización real de las instituciones de gobierno. Por su parte, la rotación de los mandatos es una práctica concreta que, si bien se realiza en situaciones concretas donde las fuerzas dan para hacerlo, sin dudas refuerza nuestro compromiso con este proceso de activación política que apunta a una democracia entendida de manera radical.

Saludamos a la compañera Mayra Muñoz y al compañero Federico Javier Gorga, nuevos consejeros revocables (titular y suplente, respectivamente). E invitamos a las demás agrupaciones políticas a hacer la experiencia de tener consejeros revocables, rotativos (en lo posible) y con mandato de asambleas.

Y el eco fue el silencio. El mismo silencio que recibió nuestra propuesta en la asamblea general de Filosofía y Letras del martes 28 de septiembre, cuando dijimos: «sería saludable que comenzara un proceso de institución de la revocabilidad de los mandatos en todos los órganos de gobierno de la universidad […] y el puntapié inicial de ese proceso podrían darlo las agrupaciones de izquierda adoptando la metodología del consejero revocable y mandatado en asambleas». Desconocemos que alguien más haya propuesto algo por el estilo en todo el proceso asambleario (si lo hubo, les rogamos que nos lo hagan saber para corregir nuestra ignorancia).

Durante el conflicto se activaron asambleas por carreras. En las asambleas de Filosofía de fines de octubre y comienzos de noviembre resolvimos, junto a compañeros de militancias diversas, presentar una lista regida por la misma metodología que sostuvo y sostiene Revocables... Es obvio que la experiencia de dos años de Revocables… caló hondo en las caracterizaciones de agrupaciones que no impulsaban la democracia directa en los órganos universitarios de gobierno. Y ahora sí.

También la carrera de Ciencias Antropológicas presentará una lista de delegados revocables mandatados en asambleas. Y no es casual que quienes llevan la iniciativa al respecto sean compañeras que vienen militando por la democratización de la producción de conocimiento (seminario colectivo «Derribando muros», materia alternativa «Epistemología», publicación autogestionada Amartillazos) y que, en el plano de democratización de los órganos de gobierno, emplean los materiales escritos y la experiencia de Revocables… como insumo teórico y práctico, en relación directa con la mencionada Autoorganizadxs de Antropo y de Arqueo.

A partir de estos hechos, entendemos que los 31 días de toma y el proceso asambleario fueron condición necesaria para ampliar el discurso y la práctica de la democracia directa, pero no fueron condición suficiente. El factor determinante fue el trabajo militante de dos años de la experiencia Revocables… De otro modo, no se entendería por qué las mismas agrupaciones que hoy impulsan una lista de delegados revocables en Filosofía (y en Antropo, por la presión que explicamos) no lo hicieron antes (incluso no lo hicieron al cabo de otros conflictos, más radicalizados). Tampoco se entendería por qué esas mismas agrupaciones no impulsan la metodología «revocable» o «consejista» en las demás carreras y Facultades de la UBA. Sea como fuere, consideramos que, tras el conflicto desatado en los niveles medio y superior del sistema educativo, cualquier frente o agrupación que se presentare a las próximas elecciones manteniendo representantes privados de su grupo particular estará ignorando el proceso de asambleas masivas que ejercitaron la democracia directa hasta hace un mes y medio.


4. Balance de los dos años de experiencia…

El balance que sigue a continuación está organizado desde una perspectiva política de la que hemos dado muestras teóricas y prácticas a lo largo de estos dos años. Esperamos que otras perspectivas puedan también hacer un balance de nuestra experiencia, tanto para reconocer los aciertos de la apuesta que sostuvimos, como para imaginar y organizar respuestas a los obstáculos que se nos presentaron.

Positivo…

De tenor fundamental:

-           Sostuvimos durante dos años la democracia directa en Junta Departamental, realizando 40 reuniones ordinarias regidas por la dinámica asamblearia (reuniones públicas, abiertas, horizontales y autoconvocadas ad hoc para el tratamiento colectivo de problemas colectivos). Así, el delegado revocable jamás decidió en la JD algo que no se hubiera discutido en asambleas.
-           Garantizamos la difusión masiva y permanente, tanto de las reuniones de JD, como de las reuniones de Revocables…, además de publicar una cartelera de actividades que siempre estuvo abierta a grupos de estudio, revistas, talleres de autoformación, experiencias curriculares alternativas, etc. Diez boletines, en formato electrónico y en papel, autofinanciados, una página web, un blog y una lista de correo Info-Revocables…, un archivo público en la caja «Filosofía debate» en Publicaciones del CEFyL y en la fotocopiadora El Arca, además de las pasadas por los cursos y la mesa en el hall del primer piso, demuestran nuestra preocupación permanente por crear condiciones democráticas de debate poniendo al alcance de cualquier miembro de la carrera toda la información con la que contamos.
-           Logramos efectivizar la rotación de los consejeros, cosa que queda clara en el volante que citamos más arriba.
-           La experiencia Revocables se convirtió en una instancia de aprendizaje de los mecanismos burocráticos de gestión y administración de la carrera para muchos compañeros. Pero no sólo aprendimos, sino que además aprendimos de manera colectiva, horizontal y autoorganizada. Es decir, al igual que ocurre en los seminarios colectivos curriculares y en la material alternativa de Epistemología en Antropo, no se trata sólo de qué aprendemos, sino también de cómo aprendemos: aprendemos haciendo de otra manera.
-           Sentamos precedente de una manera de hacer las cosas cuando nadie parecía dispuesto a apostar a la democracia directa. La metodología del consejero revocable es tan vieja como la Comuna de París. Y, como ya señalamos, la carrera de Filosofía de la UBA abrigó experiencias parecidas. Sin embargo, nos cabe reconocer que en este momento Revocables es la experiencia de democratización de las instancias de administración y gobierno más radical que existe en toda la UBA (por no ir más allá de las fronteras de nuestro país y de nuestro continente). Así, Revocables (re)abrió un horizonte alternativo que puso en práctica la crítica tanto al academicismo trepador como al consignismo vacío.
-           Construimos el «Programa» paso a paso, en el proceso cotidiano de lucha, en el debate entre compañeros, en la revisión crítica del propio quehacer político. De esta manera, por ejemplo, afrontamos el fantasma del abstencionismo construyendo poco a poco una serie de criterios generales revocables para votar en temas no tratados previamente en asambleas. Así, el trabajo del pensamiento siempre se vio interpelado por un objeto concreto: los obstáculos que hallábamos en la práctica. Quien lea en esto una suerte de empirismo ingenuo, no entendió nada: adoptar la democracia directa como forma de organización supone un posicionamiento político que nada tiene de ingenuo, aunque sea discutible. (Desarrollaremos este asunto en el punto 5 de este documento.)

De tenor accesorio:

-           Presentamos un informe de irregularidades que, según lo dicho en la reunión de Junta Departamental del 19/10/09, por el Director del Departamento de Filosofía, Alejandro Cassini, causó la renuncia de la Secretaria Académica, Laura Skerk. No nos importa si esto fue realmente así o no, ya que nuestra crítica ha sido siempre apuntada a la estructura de las funciones y no a los circunstanciales funcionarios. Sin ir más lejos, en ese mismo informe elevado al Consejo superior, explicitamos:

aclaramos que no nos importan los nombres propios de los funcionarios que aparecen en este informe sino en tanto que su desempeño actualiza una función política que deploramos: la separación entre la dirección y la ejecución del trabajo.

-           Presentamos un informe de veedor estudiantil de la escandalosa selección interna de Metafísica que no sólo denuncia las «irregularidades» de la selección del caso, sino que denuncia la lógica que sostiene a todo el sistema de selección académica. En este sentido, no llamará la atención de nadie que al momento de terminar este documento ese informe no haya circulado por el mailing del Departamento a pesar de haberse decidido en JD la publicación oficial, vía mail, de los dictámenes e informes de veedores.
-           Realizamos una intervención en el affair de Metafísica que no sólo exhibió nuestra igual distancia frente a las posiciones que pretendían agotar el campo problemático, sino que reformulamos el problema en términos de cómo se organiza la producción de conocimiento. Desde esta posición declaramos que una comisión evaluadora (jurado o tribunal) no cambia su naturaleza burguesa porque se componga de igual cantidad de miembros de los tres claustros, o de una mayoría de miembros de uno de los tres claustros (profesores graduados, estudiantes), o exclusivamente de miembros de uno solo de esos claustros (sea cual fuere). No creemos en ningún tipo de arbitraje ideal. Por lo tanto, no creemos en ningún tipo de arbitraje ideal para la designación de auxiliares docentes: ni en los concursos regulares ni en las selecciones interinas. Asimismo deploramos las designaciones «a dedo». La existencia de comisiones evaluadoras (jurados o tribunales) y designaciones «a dedo» pone de manifiesto que la producción de conocimiento no es dirigida por los propios productores sino por una parte que se presenta como si fuera neutral y como si estuviera separada del proceso de producción. Además, desde esta perspectiva es posible dar cuenta de que el proceso de selección de ayudantes es extensivo a todo el proceso de formación. Es decir, que el momento de la selección interna o «a dedo», es la culminación de un proceso infatigable de selección que se ejecuta en cada oferta horaria, en cada parcial, en cada final y que respira todos los días en esas aulas dónde sólo se oye la voz del docente.
-           Apoyamos las iniciativas estudiantiles que compañeros agrupados y no agrupados llevaron a las reuniones Revocables…: aval para las Primeras Jornadas de Filosofía, Pensamiento Político y Transformación Social «A 40 años del Cordobazo, repensando las luchas sociales» (organizadas por 400Golpes, Asamblea de Filosofía de la UNMdP y Cría cuervos); apoyo a los proyectos de «Cátedra paralela de Filosofía Contemporánea» (impulsada por En Clave Roja-PTS e Independientes) y de «Materia optativa de Filosofía de la Praxis» (impulsada por En Clave Roja-PTS, PO y 400Golpes); apoyo a un seminario del Prof. Pringe que no iba a entrar en la programación académica de inicios del 2010 a pesar del reclamo estudiantil.
-           Organizamos charlas con ingresantes, durante el primer cuatrimestre de 2009 y durante el primer cuatrimestre de 2010. Asistimos a las charlas organizadas por el Departamento para presentar a los asistentes la perspectiva política expresada en Revocables...
-           Participamos en el espacio de Inter-Juntas, desde el cual: impulsamos un proyecto de elección del Director de carrera en época de clases (aprobado por el CD en agosto de 2010); impulsamos un proyecto destinado a limitar la bibliografía en idioma extranjero; denunciamos el decreto que pretendía pasar el horario de clases a bandas pares, reduciendo las posibilidades de estudio para todos, y logramos que ese decreto fuera anulado (ver el volante «El tiempo no para», del 19 de octubre de 2009).


Negativo…

De tenor fundamental:

La mayoría de los que votaron a favor de la democracia directa, delegaron en otros su sostén.  De manera tal que la deliberación y la ejecución de las tareas quedó en manos de unos pocos.  Detengámonos en esto. Revocables… obtuvo un consejero por la minoría estudiantil presentándose con el siguiente volante, publicado vía mail y distribuido en la fila de votación durante octubre de 2008:

Revocables…
Lista 68 - Estudiantes de Filosofía

Revocables… en asambleas es la metodología que impulsamos. ¿Qué son asambleas? Espacios públicos, abiertos, horizontales, autónomos y autoconvocados ad hoc para el tratamiento colectivo de problemas colectivos, sin distinciones de mérito por la participación permanente o no permanente en esos espacios. Isonomía (cualquier participante tiene derecho a hablar) e isegoría (quien habla tiene libertad para decir lo que quiera), o sea, igualdad y libertad, son principios básicos del funcionamiento asambleario desde hace unos dos mil quinientos años.

Varios de los que conformamos “Revocables…” participamos desde hace años en espacios públicos y abiertos de producción y autoformación, como los seminarios colectivos, materias alternativas y las revistas Dialéktica y Amartillazos. Otros integramos también desde hace varios años la representación estudiantil por minoría en la Junta Departamental (JD) de Filosofía. Y otros somos estudiantes independientes no agrupados en ningún partido o colectivo de trabajo. Todos entendemos este proyecto como una forma de participación política activa en la carrera desde nuestra singularidad, en pos de constituir un sujeto colectivo en tanto estudiantes de Filosofía.

Para los que nos sumamos a esta iniciativa, la democratización entendida como multiplicación de “cátedras paralelas” deja intacta la organización del conocimiento que padecemos a diario en las aulas. Y la democratización entendida como aumento de la representación estudiantil deja intacta la representación política. Una cátedra cuyo titular fuera Gilles Deleuze sería eso: una cátedra. Y una JD que tuviera mayoría estudiantil marxista sería eso: una JD. Por todo esto, estamos descontentos con la forma-cátedra y con la forma-JD. Declaramos que una democratización en la producción del conocimiento es incompatible tanto con las facultades organizadas en base a cátedras como con las carreras organizadas en base a Juntas. Porque así como la forma-cátedra nos quita el control de la producción de conocimiento, la forma-JD nos separa de nuestra capacidad de decidir sobre los aspectos fundamentales de la carrera académica (nombramientos, rentas, concursos, investigaciones, becas, pos-grados, publicaciones en todos los niveles, etc.).

Deploramos la representación política. No queremos una elección de representantes para la administración de lo existente. La metodología “revocables en asambleas” es el experimento que queremos impulsar como expresión política consecuente con cierto modo de hacer las cosas. Y entendámonos. No es que la política de la Junta Departamental de Filosofía pondrá un pie en los espacios estudiantiles autoorganizados. Es exactamente al revés.

Nuestra propuesta implica lo siguiente:

… que el consejero no es un representante, sino un portavoz de asambleas.
... que las decisiones de los portavoces de asambleas se toman en asambleas.
… que los portavoces de asambleas asumen el cargo con la renuncia firmada, siendo así revocables por asambleas en cualquier momento.
… que los portavoces de asambleas son rotativos en su función.
... que si no hay asambleas o si las asambleas existentes no quieren expedir un mandato, entonces los portavoces de asambleas irán curso por curso a buscar un mandato.

No somos una agrupación con el “programa correcto”. No traemos ninguna verdad revelada. Lo que traemos no es más –ni menos– que una oportunidad para que vos tomes las decisiones acerca de tu carrera. Eso sí: nos interesa plantear una serie de nudos problemáticos. No un programa ni una colección de consignas: una serie de problemas. Esta serie, abierta a la incorporación de otros problemas que te parezcan relevantes, es:

Plan de estudios - Estructura de cátedra - Órganos de gobierno - Dinámicas de cursada - Modos de evaluación - Sistema de concursos - Presupuesto financiero…

Y lo que vos quieras…



No engañábamos a nadie: «Deploramos la representación política.» Con esta «plataforma», Revocables… obtuvo 340 votos. Sin embargo, en las reuniones Revocables… los cuerpos presentes jamás superamos el 10% de ese número electoral. Semejante contraste muestra tanto los límites objetivos del sufragio, que escinde al sujeto y lo separa de lo que puede, como los límites subjetivos del movimiento real (no sólo en una carrerita de la UBA), que se presenta apático, consumidor y más propenso a sumarse a prefabricaciones massmediáticas fugaces que a construir procesos colectivos de activación política a largo plazo.

Ligado a lo anterior, experimentamos una palmaria instrumentalización de Revocables… por parte de agrupaciones y de compañeros no agrupados que, tras participar en alguna reunión Revocables… y obtener el voto a favor del consejero por la minoría, jamás volvían a pisar las reuniones ni colaboraban con la distribución de boletines en las aulas, etc. Incluso se llegó al intento de mandatar al consejero vía mail (fue una agrupación de cuyo nombre preferimos no acordarnos), como si el dispositivo de democracia directa fuera un delibery para accionar en la JD.

En suma y retomando las palabras de Socialisme ou Barbarie citadas al comienzo, hemos de decir aquí claramente que nunca hemos tenido, por parte de los compañeros de la carrera, el tipo de respuesta que esperábamos y que hubiera podido ayudarnos en nuestro trabajo militante; su actitud, salvo rarísimas excepciones, ha seguido siendo la de consumidores pasivos de ideas.

De tenor accesorio:

-           No hicimos segundo informe de irregularidades. En varias de nuestras reuniones continuamos contabilizando las recurrentes «irregularidades» que realizaron los distintos miembros de la Junta departamental. Nuevamente, la tarea que nos proponíamos era poder dar cuenta de que estos yerros no nacían de subjetividades incoherentes que dicen una cosa y hacen otra (pero que las hay, las hay…), sino que son productos necesarios, inherentes al modo en que se organiza la producción de conocimiento en la UBA.  Pero nunca llegamos a trabajar por escrito este informe, lo que impidió la socialización de esta información.
-           No presentamos el proyecto de reforma del régimen de Ayudantes de 2da. Lo peculiar de este cargo docente es que pertenece exclusivamente al claustro estudiantil.  Las más de las veces (por no decir todas), los estudiantes que acceden a este cargo se reciben en un cortísimo plazo y, por un mecanismo denominado «promoción directa», son automáticamente nombrados como Ayudantes de 1ra. De manera que el cargo destinado al claustro estudiantil es inmediatamente eliminado. Sin adentrarnos en el usufructo que de este mecanismo hacen los sectores académico-políticos hegemónicos de la carrera para acumular poder, digamos que es sencillo notar que semejante modus operandi va en detrimento de que la gran mayoría del estudiantado tenga la posibilidad de realizar una experiencia como docente en la carrera y, de este modo, fortalecer su formación.  Por ello, en el verano y en varias de nuestras reuniones públicas y abiertas, elaboramos un proyecto de modificación de las normas que regulan las ayudantías de 2da. con el fin de crear las condiciones que permitan socializar la posibilidad de hacer esta experiencia docente. Una vez redactado el proyecto, fue discutido pública y abiertamente con la Lista Violeta, conducción de AGD-Filo. La complejidad de las consideraciones emitidas en esa reunión y las pocas fuerzas con las que contábamos para resolver esa complejidad nos impidieron retomar el tema.


5. Implicancias de la democracia directa

La democracia directa (o democracia a secas, sin adjetivos) es un modo de responder al problema de la cen­tralización. Significa simplemente que el centro es la to­talidad de los participantes y que las decisiones no las toma un organismo separado.

A esa caracterización genérica agregamos los siguientes lineamientos que, si bien no clausuran que haya otros más, aseguran lo que para nosotras es la base teórico-práctica de la democracia:

Difusión absoluta de la información. El problema de la centralización no concierne únicamente a la forma en que se toman las decisiones, sino al conjunto del pro­ceso por el que se llega a esas decisiones. La democracia sólo tiene sentido cuando los que deben decidir pueden hacerlo con conocimiento de causa. De manera que el problema abarca también otros problemas: socialización permanente de la infor­mación adecuada; naturaleza de las cuestiones puestas a consideración colectiva; actitud de los participantes ante las cuestiones planteadas; características del proceso mediante el cual se toman decisiones en relación a cada cuestión; formas de llevar adelante las decisiones tomadas y modos de responder ante a los resultados de tal o cual decisión una vez cumplidas.

División autoconsciente del trabajo. La democracia es imposible sin una participación activa y permanente del conjunto de los miembros de la organización en su actividad y en su funcionamiento. De ahí el slogan revocable: «…y lo que vos quieras.» El método implica estar presente, participar. Pero esta participación no debe depender de las peculiaridades psicoló­gicas de los militantes, de su fuerza de carácter o de su entusiasmo. La organización no debe depender de las buenas o malas voluntades de los participantes. Sino que debe depender fundamentalmente del tipo de trabajo que se autopropone la organización y de la manera en que se concibe y realiza ese trabajo. En este sentido, la democracia no debe aceptar la escisión entre los que deliberan y los que ejecutan. Si la organización reduce la militancia a ser a meros ejecutantes de decisiones tomadas de hecho por otros, entonces la participación será ínfima. Por­que incluso el más dedicado ejecutante participa sólo con una pequeña parte de su potencial en un trabajo de ejecución. La organización debe ofrecer a cada uno de sus miembros la posibilidad de participar creativamente en la produc­ción de la organización y de controlar esa producción a partir de su propia experiencia. Sólo de esta manera una organización, en tanto institución social, deviene autónoma, esto es, apropiable y transformable por los participantes que sostienen la organización. De otro modo, la organización se separa de sus miembros como si fuera un objeto trascendente, a-histórico, reproduciendo así la heteronomía general que caracteriza al tipo de sociedad que queremos destruir. El grado de democracia que una organización ha logrado poner en práctica se mide por el grado de realización de ese doble ejercicio por parte de sus miembros: participación creativa y control de la producción.

Construcción procesual e inmanente del programa de lucha. Entendemos que una transformación radical de las relaciones sociales requiere construir esa transformación desde la propia experiencia de los colectivos comprometidos. Para el caso de la carrera de Filosofía de la UBA, nadie puede representar los intereses de los estudiantes excepto los propios estudiantes. En este sentido y parafraseando un texto célebre, decimos que la emancipación de los estudiantes será obra exclusivamente de los estudiantes. Y esto ya no es representación, por supuesto. La diferencia entre que haya mayoría de representantes estudiantiles y que no haya representantes no es de grado, sino de naturaleza: democracia es que gobiernen los productores, no que los productores elijan gobernantes. Elegir representantes responde al modelo burgués de gobierno. Esto no significa negarse a la participación en instancias de representación, sino saber que no hay tránsito de la representación a la democracia. Hay salto, hiato, abismo, ruptura. Y ninguna garantía que favorezca, antes de la experiencia, posiciones políticas determinadas. En este sentido decimos que a la democracia directa hay que bancársela.


6. Finitud

En el punto anterior hemos desplegado las implicancias, las pautas de trabajo inherentes a la apuesta por una práctica de la democracia directa. Allí resumimos sintéticamente la línea (en el sentido que lo expresa Castoriadis en el epígrafe de este obituario) de trabajo de estos dos años en los que fuimos parte de la JD como minoría estudiantil. Y también explica por qué hemos decidido disolver Revocables…

Dos determinaciones concurren en esta decisión: por un lado, la experiencia naciente del espacio asambleario de la carrera y su decisión, discutida públicamente, de presentarse a las elecciones de JD como una de sus tareas; por otro lado, nuestra relación con la finitud, con la muerte.

Hemos participado desde la primera reunión, el jueves 16 de septiembre, del espacio asambleario de la carrera. Y a su vez, hemos discutido sobre lo que acontecía allí en nuestras reuniones públicas y abiertas. Cuando surgió la posibilidad de que la asamblea de filosofía presentara una lista para las elecciones de JD, lo discutimos en una reunión y resolvimos sumarnos, siempre y cuando la metodología de trabajo de la lista naciente fuera la que venimos impulsando en estos últimos dos años: consejeros revocables mandatados en instancias públicas y abiertas, que asumen con la renuncia firmada y que son, en la medida en que las fuerzas lo permitan, rotativos.  Consensuado este punto, además de que todos los acuerdos son discutibles en cada asamblea, es decir, que los «lineamientos programáticos» de la lista asamblearia pueden ser sometidos a discusión para ser reformulados o revocados, disolvemos la experiencia Revocables… a favor de la experiencia electoral de la asamblea.

Como también dijimos líneas arriba, en este espacio confluimos militancias diversas, independientes y agrupadas. Allí se ponen en diálogo y discusión  posiciones diferentes y heterogéneos intereses que generan tensiones, contradicciones, etc. Pero los mecanismos que nos estamos dando para tomar las decisiones aseguran que no haya nada resuelto a priori, sino que lo que se decida sea un producto de lo que acontece en cada asamblea. De allí, nuestra intransigencia con la metodología. El único modo de conjurar los personalismos, las «aparateadas», etc., consiste en tomar en nuestras manos las decisiones que nos competen. Este espacio habilita las condiciones para desarrollar ese modo. Que esto suceda o no, se dirimirá en cada reunión pública y abierta, es decir, dependerá no de eventuales representantes sino de quienes estemos activamente presentes.

Por último, asumir la muerte de Revocables… es asumir la mortalidad, la finitud, de toda composición grupal. Para quienes sostuvimos esta experiencia durante dos años, la revolución pasa por poder vivir las propias instituciones como mortales, en el poder destruirlas o cambiarlas, convirtiendo así a la pulsión de muerte en una verdadera creatividad institucional. Las instituciones del orden establecido, incluyendo muchas organizaciones que se autoproclaman revolucionarias, viven la inercia y la resignación de una inmortalidad tan imaginaria como religiosa. Sólo una sociedad que asume la caducidad-historicidad-transitoriedad de sus instituciones puede aspirar a la autonomía real, individual y colectiva, de los productores sociales.


Revocables…
Lunes 22 de noviembre de 2010.





[1] Ver McCabe, P. y Noceti, F., «Socialismo o Barbarie. Apuntes para la crónica de una separación (¿o serán varias?)», en Dialéktica, año xvii, núm. 20, 2008, pp. 54-65.
[2] Castoriadis, C., «Circular dirigida a los suscriptores y lectores de S o B en junio de 1967», en La experiencia del movimiento obrero - Proletariado y Organización, Vol. 2, Trad. F. González Corugedo y F. Monge, Barcelona, Tusquets, 1979, pp. 312.
[3] Castoriadis, C., ob. cit.,  p. 221.
[4] Recordemos que conflictos anteriores, como el de mayo de 1999, habían ido más a fondo en la crítica a la universidad existente, cuestionando de inmediato el co-gobierno y los concursos. Aun así, el defensismo ya presentaba sus limitaciones. A modo de balance crítico de aquella secuencia política abierta en mayo de 1999 en la UBA, Karla Castellazzo y Patricio McCabe publicaron un artículo intitulado «Cambiar de música», en el que decían: «la universidad actual está construida sobre conquistas de principios de siglo, tales como el cogobierno con participación estudiantil, los concursos para elegir profesores, la libertad de cátedra, la autonomía o los centros de estudiantes. Sin embargo, hace décadas que estas conquistas fueron incorporadas por el sistema universitario como una parte fundamental de su funcionamiento. La participación estudiantil en el cogobierno es decorativa, los concursos son una farsa, la autonomía es la posibilidad de aplicar la política del gobierno a la manera universitaria, y los centros de estudiantes sólo venden apuntes. La ideología nunca fue otra que la dominante. Una vez más, las alternativas que fueron victorias en luchas del pasado son absorbidas por el capital, en este caso bajo la forma-Estado, transformándolas en el engranaje que sostiene toda la estructura.» UBA Factory. Reestructuración capitalista y lucha de clases en la Universidad de Buenos Aires (1992-2006), Buenos Aires, Más Qué un Nombre-Dialéktica-Colectivo de estudiantes de filosofía, edición autogestionada, 2007, pp. 179-87.
[5] http://filoluchaporelpresupuesto.wordpress.com/
[6] Los seminarios colectivos curriculares realizados hasta ahora son: «Verdad científica y Subjeti­vidad política (Subjetividad científica y verdad política. Las ilusiones de la razón y la razón de las ilusiones)» (2003), «Conocimiento, verdad y poder (Una visión crítica de la epistemología de las ciencias sociales)» (2006), «Filosofía, historia y comunidad (La filosofía en la historia y la historia en la filosofía: una actualización político-filosófica de ciertos autores del siglo XIX)» (2007), «Borges problemático» (2009) Pueden visitarse los blogs de casi todas estas experiencias: http://conocimientoverdadypoder.blogspot.com, http://filosofiahistoriaycomunidad.blogspot.com, http://seminarioderribandomuros.wordpress.com/, http://www.epistemologia.com.ar/ En cuanto a los grupos de estudio, puede consultarse la «Cartelera» de los boletines Revocables…

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Compañeras, compañeros

A partir de la última asamblea de la carrera de Filosofía realizada el martes 2/11 se resolvió, tal como figuraba en el temario convocante, presentar una lista electoral estudiantil para junta departamental, con la metodología que venimos impulsando desde hace dos años en Revocables...: que en caso de asumir, los consejeros electos serán delegados portavoces de lo que cada asamblea soberana decida como mandato, que podrán ser revocados en cualquier momento por cada asamblea, y que por ello, asumirán con la renuncia firmada. Copiamos más abajo las resoluciones que acompañarán la presentación de la lista, también de carácter revocable en cualquier instancia asamblearia.

Convocamos a participar en la
próxima asamblea de la carrera de Filosofía
este Jueves 3/11 a las 19hs
en el pasillo del subsuelo ("Darío y Maxi", frente al aula "Boquitas")

para decidir los detalles de la presentación y
elegir entre todas y todos la lista de los primeros compañeros que figurarán como delegados/as


Las resoluciones votadas en la asamblea del 2/11 son:

0)      Todos los acuerdos son rediscutibles y están sometidos a las votaciones autónomas de cada asamblea.
1)      La metodología de este espacio es la democracia directa con consejeros mandatados por la asamblea y revocables (asumen con la renuncia firmada).
2)      Por una reforma del plan de estudios discutida democráticamente entre todos los claustros.
3)      Defensa de las cátedras paralelas y seminarios colectivos, con renta para los docentes. Por la incorporación de contenidos críticos hoy vedados.
4)      Por más presupuesto, más horarios de cursada —especialmente vespertinos— y renta a los ad honorem.
5)      Democratización de los órganos de co-gobierno —que incluya claustro único docente y mayoría estudiantil— y del acceso a cargos de docencia e investigación. Democratización de la producción de conocimiento.
6)      Reivindicación de la democracia directa, las asambleas y los delegados mandatados, y de los métodos de lucha del movimiento estudiantil, como las tomas y la lucha en las calles.
7)      Por un movimiento estudiantil que se alíe en la lucha con los trabajadores y el pueblo. Por una educación popular con ingreso irrestricto.
8)      Independencia de las dos camarillas de la JD y el decanato, tanto la trincherista como la radical. Independencia del gobierno nacional y de la oposición de derecha, que ponen la educación al servicio del mercado.


Revocables...
Minoría estudiantil de la Carrera de Filosofía de la UBA.